lunes, abril 23, 2007

God of War. Reflexiones

Sin duda una de las mejores Reflexiones que he leido a cerca del exito de este grandioso Juego.

¿Qué es lo que hace a God of War tan especial entonces? La brutalidad que requiere.
Todo es excesivo en este juego, a lo que la única respuesta que puedes dar es bestialidad pura y dura. Manejando a Kratos uno llega a sentirse amenazado pero muy poderoso. Las dificultades en las que se interponen en tu camino hacen que, aunque sea opcional, realizar los combos finales para destrozar a los enemigos se convierta en un acto totalmente justificado: De violencia gratuita nada, están cargando contra mí con todo lo que tienen. Soy un espartano peligroso, que lo sepas.

Este exceso del que hablo puede verse desde el primer nivel: Aquí no estás dando un paseo en las tranquilas montañas de tu clan ninja. Mariconadas. Estás en un barco abordado por una especie de hidra de 20 metros y en plena tormenta, donde encima los tripulantes abordados también te temen. Súmale una sección de viento y percusión como banda sonora y que en los 20 primeros minutos has acabado con unos 25 esbirros, arrancado de cuajo las alas a 5 o 6 arpías y derrotado a 2 bosses. Y lo mejor no es eso: resulta que en cada escenario donde se desarrolla una batalla, al acabar con una oleada de enemigos aparece otra y otra. La sensación que te invade, a pesar de ir escaso de vida es algo así como "Venir aquí pequeñuelos ¿Esto es todo lo que tienes, Ares?". Y el hecho de que esto lo pienses tú y no una CG con pose de Superguerrero Dragonball resulta un alivio.

Otro de los aspectos donde se muestra esta brutalidad necesaria ante las adversidades es en el manejo de los objetos para la resolución de puzzles. Si quieres levantar ese pedazo de puerta de piedra, vas a tener que sudar dándole al R2, porque pesa. Empujar estatuas de 4 metros a patadas mientras escuchas como chilla Kratos tampoco se queda corto. ¡Narices! la misma animación para abrir los cofres de vida o magia ya te transmite que en lo que estás metido no es ninguna broma.

Volviendo a lo que comentaba al principio, el valor de GoW no está en lo espectacular que resulta una mutilación, sino en la sensación que te invade al hacerlo, en la justificación que tiene dentro de la historia.
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Tampoco los inmensos escenarios, que son excelentes, son lo destacable. Yo que soy una auténtica ramera para los gráficos no destacaré especialmente lo detallado e inmenso de los niveles (que lo son), sino el estado mental en el que te pone la situación que plantean: Aquí tiene usted un desierto infinito con un titán inmenso que vaga por él con una montaña encadenada a la espalda. Y en la montaña hay un templo y allá arriba, ese pequeño punto, es usted. Y lo que le queda hasta llegar al final del mismo...

Si Shadow of the Colossus tiene dimensiones épicas, ¿cómo medimos esto?

Fuente:Zona oscura

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