sábado, enero 21, 2006

La hipocresía de una sociedad


La hipocresía de una sociedad

20/01/2006 - 14:44
PADRE TOMÁS DEL VALLE


A la hora de estudiar la decadencia del Imperio Romano uno de los factores que se tienen en cuenta es el de la degeneración moral que se fue extendiendo a lo largo del mismo. Desde las Bacanales a los espectáculos en los circos con gladiadores, abundancia de violencia, falta de respeto a la vida. Y todo en nombre de una Pax Romana y de un satisfacer los instintos más bajos del ser humano.

Digo todo lo anterior cuando reflexiono y pienso en la tragedia ocurrida en la ciudad de Nueva York con la tortura y muerte de Nixzmary Brown. No ha habido un solo medio de comunicación en la ciudad que no haya presentado con todo detalle la terrible tragedia de una niña inocente. No se han ahorrado detalles. Y para colmo, las filas frente a la funeraria donde reposan sus restos han sido inmensas. Es parte del espectáculo. Nos complacemos en la tragedia. Total, no nos afecta y no tenemos nada en qué entretenernos en estos días después de las navidades. No queremos reconocer que esa tragedia la hemos propiciado todos. Todos tenemos un poco las manos manchadas con la sangre de Nixzmary y por eso reaccionamos como lo hemos hecho.

Hemos creado y fomentado una sociedad donde el sexo desenfrenado, la violencia, el poder, la humillación del otro son lo que vemos cada día. Nuestros programas de radio cuanto más soeces y vulgares son, más audiencia tienen. Nuestra de televisión la principal oferta que tienen es la de programas banales, faltos de contenido y educación, degradantes de la persona humana. Muchos de ellos son un atentado a la inteligencia humana. Las videoconsolas de nuestros niños están llenas de programas violentos. El héroe es el que da las bofetadas más fuertes.

De vez en cuando sabemos de tragedias como la de Nixzmary. Y no queremos ver que eso es más común de lo que nos imaginamos. Padres violando a sus hijas. Niños maltratados física y psicológicamente por la conducta errónea de unos padres degenerados. Esposas humilladas física y emocionalmente. Emigrantes indefensos violados no sólo en sus derechos más elementales, sino incluso sexualmente pero asustados y chantajeados por sus verdugos. Pero de eso no se habla. No interesa. Es más fácil gastarnos unos cientos de dólares en videoconsolas para que nuestros niños no hablen, no piensen, no sientan el calor de un padre y una madre que dialoga, comparte juega y se preocupa de ellos y con ellos.

Dejemos que Nixzmary descanse en paz y encuentre el cariño y el consuelo que no tuvo en su hogar. Pero pensemos qué clase de sociedad estamos construyendo. Es una copia fiel de la cultura de la muerte de la sociedad romana, la que desapareció. Miremos dentro de nuestro propio hogar, de nuestro propio barrio, de nuestra propia sociedad. No sigamos buscando víctimas inocentes sobre las cuales llorar mientras olvidamos nuestras responsabilidades

Un presidente americano, en el discurso de su toma de posesión le cuestionó al pueblo. " No preguntes lo que el país puede hacer por ti. Pregúntate mejor qué puedes hacer por tu país" No nos preguntemos los por qués de la muerte de Nixzmary. Preguntémonos qué hacemos para que la vida de nuestros niños, de los indefensos de nuestra sociedad se respete. Lo demás es pura hipocresía

es triste pero este individuo le pega ala realidad.

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